P: Dada tu dilatada experiencia y
siendo una de las abanderadas en materia de planes de igualdad como el de IKEA,
¿cómo ves tu contribución a esta temática tan importante?
R: Hubo un antes y un después en
mi visión de la igualdad tras haber sido la responsable de este área en IKEA
España durante cinco años. Siempre intento que todo lo que he aprendido y
experimentado, se aplique en mi día a día como persona y como líder. Con mis hijos/as y en mis relaciones personales, me gusta
evidenciar y denunciar situaciones que considero no equitativas y que muchas
veces ocurren porque simplemente las hemos asumido como tal en la sociedad.
Creo que hay mucho desconocimiento y muchas barreras asumidas desde el
inconsciente y en muchas ocasiones estas barreras las ponemos en nosotras
mismas. Cuando algunas mujeres me dicen que ellas no quieren ser iguales que
los hombres, siempre les respondo que no estamos hablando de eso, sino de tener
Igualdad de Oportunidades. Creo firmemente que hemos avanzado mucho, pero
sinceramente queda mucho camino por andar. Me siento muy orgullosa de trabajar
en una compañía como IKEA, donde por una cuestión cultural y de ADN, este tema
siempre ha sido importante para nosotros y lo tratamos con normalidad porque
creemos en el talento de las personas, independientemente de su género.
P: Tras tu trayectoria en
Italia y ahora en España y siendo estos dos países tan parecidos ¿piensas qué
estamos más avanzados en materia de igualdad?
R: Mi experiencia en Italia ha
sido fantástica, y de hecho IKEA ITALIA también emprendió un valiente viaje
como empresa, posicionándose claramente para mejorar la vida de las mujeres
tanto en su esfera familiar como profesional.
Por otro lado, España, como país
deberíamos valorarnos mucho más. Cuando sales fuera te das cuenta de que somos
un gran país, valiente y solidario, que ha tenido el coraje de denunciar y dar
voz a dramas como la violencia de genero. Creo que España inició mucho antes
que otros países vecinos el camino hacia la igualdad de oportunidades entre
hombres y mujeres.
Dicho esto, yo no podría
haberme marchado a Italia si mi marido no hubiera decidido apoyarme y aparcar
su actividad durante un tiempo. Creo que hay falta de honestidad en este
sentido., nos dicen, a las mujeres, que
es todo un tema de organización y que se puede llegar a todo. No es verdad: La
pasión y el esfuerzo son claves, pero al menos en mi carrera profesional, nada
hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de mi marido y de mis padres.
Soy muy afortunada. También he tenido unos jefes excepcionales que siempre me
han ayudado.
P: ¿Cómo valorarías la
situación laboral actual de la mujer en el sector retail?
R: No creo que sea muy
diferente al resto de sectores. Afrontamos los mismos retos por el mundo en el
que vivimos y no tanto por el sector.
La conciliación de la vida
personal y laboral sigue siendo el gran caballo de batalla. La revolución
digital nos está ayudando mucho, y ahora podemos resolver cosas a través del
teléfono que antes eran imposibles, pero el contacto entre personas sigue
siendo insustituible, y más en el mundo del retail. Las personas necesitamos
relacionarnos, comunicarnos, expresarnos, y el día solo tiene 24 horas para
cada uno de nosotros y nosotras. Es realmente un reto descansar, tener tiempo
para uno mismo, para nuestros seres queridos, y ser una crack en el trabajo.
Muchas mujeres se sienten frustradas y agotadas por intentar llegar a todo, ya
que somos las mujeres las que seguimos llevando el peso de muchas de las tareas
del hogar y del cuidado ya no solo de hijos e hijas sino también de padres
mayores etc. El nivel de auto exigencia que nos imponemos es muy alto.
Creo que la responsabilidad de
las empresas también debe ser muy alta para que tanto hombres como mujeres se
sientan respaldados y comprendidos.
P: Si tuvieras que
identificar, en general, grandes tareas pendientes en relación con los derechos
de las mujeres, ¿cuáles serían?
R: Para mí la gran área pendiente
está en la educación. Educar para que cada mujer u hombre, da igual, pueda desarrollar aquello que le apetece o por
lo que siente pasión, sin que absurdos o antiguos estereotipos sean inculcados desde la infancia. Ningún juego pertenece a uno
u otro género, y ninguna actividad es propiedad de nadie. Que exista la
libertad y la tolerancia para poder elegir y soñar son la base del respeto a
los demás. Educar para pensar en grande.
Educar para hacer crecer a grandes personas, con fuerte autoestima, para llegar
a acuerdos y para respetar posturas totalmente opuestas a las nuestras. El
sistema debería evolucionar para premiar el esfuerzo y la meritocracia pero
también aptitudes y actitudes que tradicionalmente no han sido vistas como
importantes.
0 comentarios:
Publicar un comentario